Intentando entender el verdadero impacto de los polisacáridos no amiláceos en las dietas de porcino

􀁏Dr Pete Wilcock, Director Técnico Global.

􀁏Gustavo Cordero, Responsable Técnico de EMEA, AB Vista.

 

El impacto de la fibra, y particularmente de los polisacáridos

no amiláceos (PNA) de la dieta sobre los resultados productivos

y la digestión en monogástricos, se empezó a investigar

en detalle a principios de los años 80. A la vez que se identificaban

los principales PNAs se conocían también las enzimas

capaces de degradar estos PNAs en los piensos y que

podrían comercializarse para ayudar a resolver los problemas

asociados a estos PNAs. La mayor preocupación de los productores

de cerdos era la reducción en la digestibilidad de los

nutrientes, factor que sigue siendo motivo de preocupación

en la actualidad, ya que implica una reducción importante de

los resultados productivos. Hecho de especial relevancia en la

actualidad, dado el reciente aumento en el uso de ingredientes

con altas concentraciones de fibra, como es el caso de los

DDGs en las distintas fases de crecimiento de cerdos de cebo.

A diferencia de lo que ocurre con las fitasas, que se han

convertido en algo imprescindible en prácticamente todos

los piensos, no hay una opinión generalizada sobre

cómo conseguir los mejores resultados cuando se utilizan

enzimas destinadas a degradar los PNAs. Esto se debe

principalmente al poco conocimiento que se tiene tanto

de los PNAs, como de cómo optimizar el uso de las enzimas

para PNAs; y esto es así a pesar de la enorme evolución

que han sufrido las enzimas para alimentación animal

durante las tres últimas décadas y de su uso generalizado

en las dietas para porcino a nivel mundial.

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